
Las discontinuidades conocidas en la época de Darwin, la explosión cámbrica, o aparición súbita (en las escalas de los geólogos) de la vida animal en toda su exuberante variedad. Pero no llegó a conocer un salto todavía más profundo: el origen de la célula eucariota.
Fue Lynn Margulis quien percibió con toda claridad que la célula eucariota se originó como una asociación de bacterias y arqueas. Y que todavía lo es. Las mitocondrias de nuestras células son antiguas bacterias de vida libre, que de hecho conservan aún su propio genoma. También los cloroplastos que permiten a las plantas vivir de la luz solar provienen de primitivas bacterias autónomas que ya sabían hacer eso 3.500 millones de años atrás, en los albores de la vida terráquea.
Lynn tuvo que aguantar lo que no está escrito desde 1967, cuando logró publicar su teoría en una revista de biología teórica --disciplina que no existe, o no mucho--después de que lo rechazaran otras 15 revistas científicas. La teoría encajaba con los hechos, pero no con los prejuicios. El gradualismo darwiniano se había convertido en una especie de código de la circulación, y la calle por la que quería meterse Lynn estaba prohibida.
Profes más CIENCIA y MENOS Religión.
MAS laboratorios y menos Fé
Imagen Primera: Barbara McClintock.
MAS laboratorios y menos Fé
Imagen Primera: Barbara McClintock.
Segunda Imagen: Lynn Margulis
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