sábado, 21 de enero de 2012

EEUU prohibe al profesorado enseñar sobre RAZA, Etnicidad y Opresión..

17 Ene 2012 - 11:00 pm ElEspectador
Oscar Guardiola-Rivera

Opinión

Los quemadores de libros

Por: Oscar Guardiola-Rivera

En la distópica novela Fahrenheit 451, Ray Bradbury imaginó un futuro en el que la lectura ha sido prohibida en los Estados Unidos y un grupo de bomberos se dedica a quemar libros considerados peligrosos.


Ese futuro de pesadilla, por el que Bradbury responsabilizó a la indiferencia de la gente antes que a la estupidez de unos cuantos fanáticos en el Gobierno, se realizó la semana pasada cuando un juez federal de los Estados Unidos rehusó poner un alto a la medida por medio de la cual la gobernación estatal de Arizona prohibió la enseñanza de los llamados “estudios étnicos” en el sistema educativo del estado.

En cumplimiento de la medida, dirigida a proscribir de la enseñanza de la literatura y la historia las narrativas subalternas de los latinos y los afroamericanos que lucharon por sus derechos en la década de los sesenta en los EE.UU., la oficina del distrito escolar de Tucson publicó una lista inicial de los libros prohibidos en las escuelas públicas a partir del pasado 13 de enero.

La lista incluye obras reconocidas como Repensar a Colón: los próximos 500 años, del escritor indígena Leslie Silko, que durante veinte años ha dado voz a perspectivas silenciadas en los currículos tradicionales de escuelas estadounidenses. Prohíbe, así mismo, el uso en las aulas de la historia de los chicanos méjico-americanos escrita por Rodolfo Acuña, y la Pedagogía del oprimido escrita por el brasileño Paulo Freire.

Como si ello fuese poco, funcionarios estatales advirtieron la semana pasada al profesorado que debería abstenerse de explorar temas en los cuales la raza, la etnicidad y la opresión fuesen cuestiones centrales, llegando al absurdo de incluir en dicha prohibición la lectura del clásico de William Shakespeare La tempestad en cursos de literatura e historia latinoamericanas.

Mientras la derecha estadounidense se dedica a borrar de la historia a los chicanos y a Shakespeare, algo similar ocurre en el Chile del conservador Sebastián Piñera. El ministerio de Educación chileno acaba de advertir a editores y centros educativos que de ahora en adelante sus textos de educación primaria deberán reemplazar el término “dictadura” por el más genérico “régimen militar” al referirse al período posterior al golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende en 1973.

Se ha dicho que la historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa. El cínico intento de reescribir la historia por parte de los republicanos en los EE.UU. y los conservadores en Chile constituye un ejemplo de cómo ni siquiera los muertos están a salvo del enemigo cuando éste vence, como decía Walter Benjamin.

Nuestra indiferencia ha permitido que ese enemigo salga victorioso. Es hora de volver a dar la batalla, antes de que los quemadores de libros triunfen de una vez y para siempre.

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